sábado, 5 de agosto de 2023

Eufonía ventral


Tengo un piano inmerso
en la cara opuesta del vientre
que alumbra la voz amarga
del ciego sol derrumbado.

De toda aquella exquisita fortuna
sólo cruza el puente un caballero.
Agita sus brazos
como un sombrero conversando el viento:
—Afonía de sol y aire nacarado,
el puente no los unirá por siempre. 

(Y el caballero viste un vientre
oscuro de soles en sus bolsillos
que vocalizan, junto al piano, 
todas las consonancias de la amargura.)

La cara puesta del vientre juega
un dominó de víboras entrelazadas,
arpas de arpegio y escamas de pieles,
afonías jugando a derretir esperanzas. 

Y el caballero (pero otro) toma asiento.
Rodea los hombros del sol con su brazo
y le cuenta, 
historias lunáticas de puentes sin sombrero,
ambientadas al piano, 
mientras el sol (pero otro)
va muriendo
ahogado en la insalvable voz
del amargo puente amnésico
en la última traza del vientre.