martes, 30 de abril de 2024

Sordas uvas blancas


Los bolsillos cansados
son bocas anegadas de silencio. 
Me miran mirar y su olvido es inmóvil. (Parpadea.)
Cada mano un posible
amor imposible,
y su tener constante (sos tener, soy ausente)
de un tejido secreto y un lúgubre azote mudo.

Donde la luz no explica forma alguna (imaginarte)
nadan, en concéntricos úteros de mármol,
los motivos desmañados
que eligen el guardar, al unísono (sordas uvas blancas),
de un solo y desmembrado trino. 

Nacerán, también del mármol, 
recuerdos bustos (derramás vino imaginado),
anillados en bocas, subsecuentes
al fango azotado de aquel silencio (¿irte?).

Los bolsillos, callados,
nadan en el imposible amor constante
que fecunda esa luz inexplicable (la copa es rota),
trozando la cocción de una placenta estéril
de mármol anidada
y de su boca desmembrada (y ahora tus labios ciegos).

viernes, 19 de abril de 2024

Tren ingresando a la estación


Esperá, porque antes del salto hay que encender todas las luces. Yo espero, pero es muy peligroso tener la palabra "salto" tan cerca de la palabra "tren". No están todas las luces encendidas. Todo el tiempo esperando para saber qué es lo que hay que ver. Nada, pero está el salto y, así con el tren, es como cuando la Luna se mete en alguno de sus cuartos y no me deja verla. No es a vos solo. Pero faltan luces por encender. Y tengo que seguir esperando. Sí, porque faltan. Para el salto, digo. Sí, sos igual que la Luna. No, la Luna no salta. Ningún tren pasa cerca de ella. Yo no lo sé. Apenas encienda las luces te lo digo. La Luna no tiene luz. Nada tiene luz. Sí, el salto sí. Pero esperá que enciendo todas las luces. Yo creo que hace mucho frío para tener que iluminarlo todo. El salto pasa por sobre el calor. Pero tenés que esperar, no están todas encendidas. Lo mismo da que el tren enamore a la Luna y ella le ponga rieles atravesando sus cráteres. Vos saltarías igual. No creas, no todo es un riel en la vía, también hay leopardos caminando con paso de alfombra entre los vagones. Y por eso hay que encender todas las luces. Los leopardos saltan. Pero sus manchas no. Eso depende de las fases, en Luna llena saben esquivar el tren como si fueran abejas con alma de búmeran. Pero ningún leopardo se enciende. Y ninguna Luna. Y pocos trenes saltan. Esperá, porque antes de que salte el último leopardo tengo que encender a todos los trenes. Yo voy a dormir en la Luna esta noche. Pero falta el salto. No, es muy peligroso tener a un leopardo manejando un tren sin luces. Puedo saltar yo, entonces. Podés dormir también, si quisieras. Pero la estación está vacía. No tiene nada de malo, ni de salto, ni de leopardo, sólo el tren ingresando. Nunca encendí las luces. No veo que eso cambie nada. Sí, un tren ingresando a una estación a oscuras es lo mismo que un leopardo devorándose la Luna y luego ahorcándose con un riel de acero por la culpa. Y todo a oscuras. Y vos sin saltar. Entonces buenas noches. Buenas noches. Y que descanses. Vos también. Acordate de las luces. Claro.