No me voy
sin volver antes,
previo al sueño que opina
que todo puente es hielo.
Ido.
Quedo.
Donde pasan los mismos
colores que opacan,
fluyendo,
o durmiendo al sueño
en un pozo despierto.
Salpica viraje interno,
(inconsciente que opina),
desata luz un trayecto.
No quiero morir,
dice al llegar el camino,
ni volver
sin abrazar lo ido
en un pantano quedo.
Asfixia insolente silencio
donde pesan ruinas
con el crujir del cuenco.
Cada dios
que mira un ocaso
viaja
del hielo yendo
al consciente yermo.
Quita el retorno seco
del labio surcado
de un silencio enfermo.
Nunca más vuelvo de ir
por quedar volviendo.