viernes, 17 de septiembre de 2010

Vuelo, dije

Me acariciabas
la espalda
y tuve miedo
de que notes
que mis alas ya no están.
Rotas.

31 comentarios:

  1. Las palabras exactas.

    Como siempre, un gusto leerlo.

    (ahora que vuela, me orienta la antena del techo? veo fantasmas en la tele...)

    ResponderEliminar
  2. Su tele no tiene fantasmas... es roña. Pruebe limpiar la pantalla.

    Y gracias. También son un gusto los comentarios.

    ResponderEliminar
  3. Muy bueno, querido V.Onoff. Siempre ese sarcasmito (¿?) dando vuelta por sus letras. Me gusta.

    Besos.

    ResponderEliminar
  4. Conde, su espalda es un lugar muy cálido sobre el que una querría morir de vez en cuando con la suavidad de unas cuantas plumas de seda.

    ResponderEliminar
  5. Oh, considérese invitada.
    Las plumas corren por mi cuenta.
    Su muerte...
    también.

    ResponderEliminar
  6. A mí lo que es yo me desilusiona Conde. Si las alas están rotas las alas están, y dejan unos muñones de lo más significativos.
    Ya está viejo usted como para andar negando sus alas, déjese de joder con la histeria masculina que queda maaaaaaaaal.

    ResponderEliminar
  7. Hoy no necesito mentir....
    Pero necesito qué alguien aje mis alas.
    No tengo alas´

    Tus letras me han acariciado.

    ResponderEliminar
  8. Lavender, ante todo un honor su visita.
    Pero leyó mal. Donde dice:"...que mis alas ya no están. Rotas." usted leyó: "...que mis alas ya no están. Rotas." y en realidad debió leer: "...que mis alas ya no están rotas."

    O sea...

    ResponderEliminar
  9. V. Onoff me has dejado con ganas de que siga lo que has escrito. Os felicito. Un abrazo y os vemos !

    ResponderEliminar
  10. Jörgen... lo que he escrito sigue, siempre sigue. Sólo hay que esperar y saber leer.

    Otro abrazo y gracias por pasar.

    ResponderEliminar
  11. Muchita, gracias por su visita.
    Y sí, puede ser que el miedo sea triste.

    Si algún día siento miedo de algo, le cuento.

    ResponderEliminar
  12. Conde Onoff:

    Hacen muchos soles que debí hacer lo que hoy, dedicarle tiempo extenso a sus letras. Usted merece ser Duque.

    Muchas gracias.

    Volveré y seré... uno más.

    Saludos.-

    ResponderEliminar
  13. Gracias, IT.
    Cada sol es un nuevo sol. Y si el de hoy le trajo hasta aquí, bienvenido sea.
    Vuelva y sea Ud., nomás, que con eso basta y sobra.

    ResponderEliminar
  14. No debes temer, si continúa acariciándote es que no le importa que no tengas alas.

    Abrazo

    ResponderEliminar
  15. Conde, porqué no se deja de joder con los comentarios y postea algo?

    ResponderEliminar
  16. Parece que la gente no sabe leer en verso, joder, que lío se hicieron con las alas recuperadas.
    Eso sí, cada vez que entro y releo el poema, me chirría el error en los tiempos verbales; y no me queda claro si es a propósito, o si es cosa del otro lada del charco.

    Besos, Conde.
    Ruth

    ResponderEliminar
  17. Horacio, me remito a la aclaración que le hice a Miss Lavender y a lo dicho acertadamente por Ruth.
    Gracias igual y un abrazo.

    Demy, es que adoro dormir sobre los laureles.

    Ruth, gracias, gracias y gracias por entender. Lo de los tiempos verbales es así. Así me suena. Tómelo como licencia poética, si quiere. No creo que el charco tenga nada que ver. Besos.

    ResponderEliminar
  18. Conde, siempre que pongo a secar laureles se acuesta sobre los mismos con una sonrisa, y eso que le expliqué la metáfora varias veces eh.

    ResponderEliminar
  19. Eh...
    Ehhh...
    Ejem, mi memoria, ¿vio?... ¿no me la explica de nuevo?

    ResponderEliminar
  20. Hola sí qué tal?
    Falta mucho?
    Me cierra el lavadero vio?

    ResponderEliminar
  21. ...me pide que le mienta piadosamente? NO sé como se hace.
    Ahora bien, si quiere la verdad, desprovista, descarnada... podría volver a visitarle.

    Un abrazo,

    A.

    ResponderEliminar
  22. Andrea... supongamos que le pida la verdad...
    ¿Usted la tiene?

    ResponderEliminar
  23. Ruth, no estoy escondido.
    Sólo miro desde lejos...

    ResponderEliminar
  24. Oscuro, ¿Ud. es de los que se pasaron la vida esperando que el Coyote atrapara al Correcaminos?

    ResponderEliminar