Comprar cuatro o cinco
paquetes de fideos
y colocarlos
en el
estante
por ineludible orden
de fecha
de vencimiento
de cada uno.
(Sería trágico usar el más nuevo
primero
y olvidar
el más viejo en el estante, solo.)
Mientras
las fechas estén
en ineludible orden
podremos mantener a la tragedia
lejos.
Y será necesario, finalmente,
no comer nada
de todo
aquello
para no
perder las fechas de vista, nunca.
Recordar:
primero el más viejo y al final
el más
nuevo, sin
tocarlos nunca,
dejando intacto el hambre
hasta que llegue la última
fecha.
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