martes, 29 de diciembre de 2009

Diciembre


y entonces la vida fue una cárcel

8 comentarios:

  1. Ay, hermano... ¡cómo me gustan estas palabras!!!

    Eso sí, ser todo el universo entero te debe caer pesado después de cenar, ¿no?

    Besos y Uvasal

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  2. Gracias, Hermana.

    Y no, cuando estás vacío nada te cae pesado, ¿viste?

    Un abrazo.

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  3. Onoff, que no escribe nunca acerca de una barda, ni de un alamo de barrera (algun dia contare de mi compañero el paracaidista que se salvo al no abrirse ninguno de los dos por quedar colgado de uno de estos alamos; si fuera en BUE.... fuiste) siempre me acuerdo de ese GENIAL COMENTARIO que a las fiestas hay que pasarlas si o si.
    Agregaria yo la obligacion de estar alegre y bailando en una pata, aunque te haya pasado el tren por encima.
    A pesar de todo, que lo empiece bien, Don conde y me debe una foto de NQN con fuegos artificiales.

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  4. Ahora la que te entiende soy yo...y desp me preguntàs por què te leo...casi hermandos en esta càrcel.

    Otro abrazo.

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  5. Gracias, Alyxa. No sabía que le debía una foto. Permitame comprar una cámara, convencer a la ciudad de tirar fuegos artificiales aunque no haya motivo y sacar la foto. No parece muy difícil. Deme un par de días, nomás.

    Un abrazo.

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  6. Ya lo decía el filósofo "el cuerpo es la cárcel del alma", afortunadamente muchas veces está puede trascender esta cosa tan mundana de encerrarnos a nosotros mismos, con nuestros propios barrotes, y escapar..
    Cariños Pablo!

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  7. Escapar es una palabra de doble filo. Conozco pocos que sepan usar esa espada.

    Gracias, Sol, y bienvenida al blog.

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