miércoles, 18 de marzo de 2009

Medios alternativos de pago


Todavía ensayo la floración a pesar de que toda ternura parecería vulgar. Todo intento fallido. Toda oclusión, un vacío vuelo de adonis en góndola cercada de lujo. Y ensayo descascarar la rosa de los vientos en la ingenuidad clareada de una inocencia que compré antaño y que al devolver (cambios sólo por las mañanas) me fue impuesta. ¿Por qué?, si el ensayar aflora y la constancia fue desde mi esposa hasta mi laguna salada de olvido. Impuesto también.
Y ensayo. Ocupo y desvelo resurgires que mis vecinos de celada (en los amaneceres incendiados de esos campos que el recuerdo, y sólo él, siembra de culpas y de otros granos sempiternos) festejan cosechando tiros al aire, navajas del tiempo y sonrisas de obtuso carácter endiosado (por la tarde, días hábiles únicamente) por medios alternativos de pago oportunamente comunicados en los canales habituales.
Vos, ¿dónde te vas a deshacer?
No reconozco mi voz desvistiéndome ni tu vos de ternura ambivalente. No reconozco un vulgar espejo como tal.
¿Pensás en un pariente lejano?
Ni como tal ni como imagen de un rombo opacado de todas las celadas de cada resurgir.
Despertar, en todo caso, nunca acaba por doler un poco menos que la suma inacabada de todos los ensayos, en el caso de las floraciones inigualables, polen y olvido, pétalo y luz de brasas en cada luna compartida.
Sacar a pasear a algún deseo... ¿Volveremos para la hora del té?
Y dijo mi vecino entonces que, lo más paradójico es que si finalmente y al cabo de tantos reflejos, yo me decidiera a aceptar el plan de pagos que acaba (licitando en la sexta cuota) con el asesinato sin culpas ni excomunión de ella y sus menesteres (navajas volando que piden pista y carretean, oh, amor, en el aeropuerto sin neblina de tu cuello) podría yo culpar a las barrancas tediosas de esa ternura que me ha desflorado a toda imaginación.
¿Perturbada?
No. Tejiendo. Una mortaja de lana verde cielo.
¿Habrá gastos administrativos?
¿El perdón llegará?, dijeron sus ojos celestes.
Cansancio de celadas en las redes viales del desprecio.Y sí, Lo creo. El derrumbe es inminente.

7 comentarios:

  1. Ay, ay, ay, hermano, aceptar el paso del tiempo, la inestabilidad de los sentimientos y el derrumbe del futuro imaginado es algo que solamente los años enseñan y, te aseguro, no tiene que ver un carajo con la resignación.

    Sigamos ensayando.

    Besos y renaceres

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  2. en casos como éste una moratoria es lo que se ruega secretamente...

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  3. Mirá, Hermana, yo no acepto nada nunca y veo muy difícil que el paso del tiempo logre hacer semejante cosa conmigo. Me voy a morir a las puteadas, eso es claro. Es más, si me sobrevivís haceme el favor de mandar a poner en mi lápida (primero garpen una lápida, no sean ratas) eso: "Murió a las puteadas"...
    No está mal.

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  4. Sí, puede ser, Lady, pero ¿sabe?, no hay moratoria que yo no haya dejado colgada. Las veces que me fui a acoger a la moratoria nunca logré acabar...

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  5. No. No está mal. Te dejo otra que está mejor, pero parece que la piensa usar Joaquín Sabina:

    "Pelearé hasta el último segundo y mi epitafio será: No estoy de acuerdo."

    Besos y epitafios

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  6. Y vos sos mi hermano.
    Además, sos más lindo. ¡Pst!

    Besos y baberos

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