martes, 23 de septiembre de 2025

Más allá de cualquier color


Cuando miré tu foto estabas rezando.
El color de los ojos depende de quién los abra. 
No se reza con los ojos abiertos, la oración se rebaja al ladrido de un perro en la noche.
Entonces jamás conociste a quien tomó la fotografía. 
Incoloros, para Él, porque sólo se reza con la boca
En la foto, los ojos parecen más devotos. 
Cerrados. Todo lo cerrado es creyente
Entonces jamás lo conociste.
Bastaba saber que estaba allí, presente, más allá de cualquier color. 
Pero podrías mirar tu foto y entender de qué color son tus ojos cuando se miran. 
No. Sí mirara mi foto de frente, desaparecería. 
¿Aún rezando?
Incoloros para Él. Ya lo dije. 

Guardé la foto en el deshielo ateo que todo parpadeo causa y me puse de pie, apoyando apenas mi mano en su hombro a manera de saludo incoloro. Alzó su cabeza, abrió los ojos y me miró. Pude, entonces, tomar la segunda fotografía. Pero esta vez en blanco y negro, para no obligarla a desaparecer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario