lunes, 19 de mayo de 2025

Regreso desarmado


En un principio es el camino,
desandando su huella perturbada
y mordiendo el sol de a ratos,
como quien necesita pensar la noche.

Pero el signo recto del estío
nos levanta del sueño níveo, 
aquiescente con la calidez que acuna
un siseo de formas espejadas y caninas,
de paso esquivo,
entre horizonte y ruta de olvido.

Y luego del principio es el regreso.
Con tu huella en brazos.
Y la mirada sempiterna que horada
cualquier destino que crea posible,
entre las manos tendidas
y el juego, siempre falaz,
de negarnos a la cosecha
de lo que nuestro llanto siembra.

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