lunes, 21 de abril de 2025

Alguien que eligió seguir de largo


El nombre es ese animal inquietante que nos penetra para tomar asiento en la sombra sensata de la conciencia, desde donde identificará algo y nos arrancará la piel amnésica dejándonos expuestos a la asociación necesaria. 
Lo dijo como el infortunio de un saber que indigestara el resto de las cenas del porvenir. Incluso sin conocer su nombre, llegaba hasta mí el color de la amenaza que, como una aurora boreal, se proyectaba impertinente sobre el interior de su cráneo, usando la oquedad legada por la vida para sentirse dueña de esa especie de bóveda celeste con atmósfera de hueso. 
Cada vocablo un estilete que ensarta nuestra memoria a una cara, un paisaje, un trozo de ser humano, la calle ridícula del último adiós o el tono de voz de alguien que eligió seguir de largo. Pero allí está el nombre, bendito atuendo de lienzo significante para disimular la evidente tortura ejercida contra la memoria. Sabrás. Enunciarás. Te lo llevarás como una siega más de la cosecha social, que semeja una danza infinita, interminable e inabarcable. 

Apoyé la mano en la pared, mientras la calle se paladeaba desierta de autos con cierto íntimo goce. Necesitaba sentir ese trozo de mundo en estado de quietud y saber que carecía de nombre alguno, como todo aquello que, de tan común y evidente, no se enuncia ni se revela en ninguna oralidad o grafía. 
Desde allí lo vi alejarse rengueando, con la mirada desesperada fulminando cada objeto, presencia o recuerdo. Murmurando una letanía de agónicas revelaciones finales, ramillete de epifanías que lo iban cegando vereda tras vereda hasta que lograse caer, vuelto ya innominado y libre, fuera del alcance de cualquier diccionario en celo. 

2 comentarios:

  1. La expresión más bonita y sensible de tus últimos escritos (y mira que las tienes innumerables). No me extraña que le dé el nombre al texto. No sé si es por el momento en el que lo leo, pero no dejo de encontrar paralelismos entre lo leído y lo que estoy viviendo de cerca. ¿Casualidad? Es posible, aunque nunca creí en ellas.
    Elegir. Decidir. Parar o continuar. Pero en concreto "el tono de voz de alguien que decidió seguir de largo", nos ofrece un abanico de posibilidades tan amplio, tan rico. Nos deja una sensación de arbitrariedad de un alguien que tal vez hubiera elegido detenerse a continuar. Sea lo que sea que uno interprete, es tan bonita la frase que no pude menos que detenerme en ella. También esa expresión que podría estar en la letra de un buen tango, "...la calle ridícula del último adiós..." tiene lo suyo...
    Me encanta encontrarme con tus textos y evadirme de una realidad que a veces parece verse reflejada en ellos. Enhorabuena por otro mágico rincón de lectura que nos regalas. Un abrazo inmenso.

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  2. Gracias, Amiga. Por pasar, por leer y por encontrar cosas que realmente surgen de una lectura como la tuya, no de cualquiera. Tal como decís, la casualidad es sólo el disfraz más amigable de cosas nada casuales y mucho más complejas de entender. Pero son. Están. Y se vuelven evidentes cuando dejamos fluir el inconsciente, ya sea para el arte o para lo que sea.
    Te dejo un abrazo grande y nos seguimos leyendo.

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