Ella le pidió que le arranque el clítoris con los dientes y él obedeció.
Recién cuando él le mostró su boca tan manchada de sangre ella le dio su primer beso tierno.
Vació la botella de vino sobre la herida y reía.
—Toda ceremonia acaba en luz. Siempre.
Afuera la noche lastimaba las veredas con silencios.
Aha... y digamé, Conde... ya tienen la damajuana para cuando ella tome represalias?
ResponderEliminarUno no toma represalias cuando le hacen lo que desea.
ResponderEliminar¿O sí?...
(¿Tiene la dirección de alguna vinería?... en Buenos aires, sí...)
por qué siempre tiene que haber sangre? será porque somos seres humanos?
ResponderEliminarLA NOCHE LASTIMA Y LA BOCA SANA, parece un película de tarantino con escenas en blanco y negro para amortiguar la vista ante actos crudos ajajaja
Sería interesante ver qué podría hacer Alex de la Iglesia con esto.
ResponderEliminarMe gustó mucho, la intensidad óptima para la brevedad del relato.
Muy bueno!
Eugeene, la sangre mueve al mundo. Lo interesante es ver hacia qué órganos se desplaza.
ResponderEliminarAdemás discrepo, las escenas de sangre en blanco y negro son más crudas que a color.
Bueno, Sol, en cuanto Alex se contacte conmigo le aviso. Por ahora insiste en ignorarme.
ResponderEliminar