viernes, 13 de noviembre de 2009

Viento en Sombra


—Cerrá la ventana que este viento ya me hinchó las pelotas.
El discurrir sólo por el ángulo de tus ojos y las manchas de humedad que se agrandan tanto como para tapar los agujeros de esa luna salvaje que nos ilumina.
La letra de la puerta se va a caer del canto. Hacé algo.
La pretensión del mirar de frente y la presunción de ser visto de costado. El ángulo ese que se ensimisma de un canto alado, de ganas que alcanzan la luna en una aerosilla plateada. La soga se corta y tus senos aguardan.
Hoy por primera vez. Y recogé las bananas que aún quedan. No te olvides de sacarlo todo.
Afuera el viento. Adentro el aliento. Sol no llevamos, hay de sobra y este de acá vence tan rápido que...
Mamá dijo que podía mirarte sólo en tu sombra. Papá dijo que sin luz no hay sombras y mamá sonreía desde lo alto de la escalera. No sabía la cantidad de veces que imaginé la escena de ella en la que cayendo. Y papá que lo sabía se limitaba a tomar coñac en los atardeceres acaramelados y sin gritos. Ruidos en la cocina y las ventanas cerradas. Siempre.
Te invito a discurrir sin ángulos y te invito a olvidarte de las rectas para estrellarnos en las curvas. Juntos. Yo olvidé tu sombra a tiempo y vos te viniste tan sin luz que era un espanto de velas en medio del viento.
¿Cerraste la ventana?, nunca volviste de la costa aquella y acá no hace más que entrar arena. ¿Cómo no tenés miedo de que los ángulos se tapen de arena y el relleno desborde al cabo de tantas y tantas manchas de humedad?
Trato de redibujar las letras de la puerta. Hacé el favor de dejarme tranquilo.
La escena se llena de mamás cayendo de escaleras arriba de papás lamiendo vidrios acaramelados de coñacs en atardeceres y como las ventanas siguen cerradas nadie en los alrededores escucha nada. Con este viento.
Verte en tu sombra. Sólo con llevar algo de luz. Sólo con alcanzar la luna. Sólo si la aerosilla no se cayera tantas veces como la soga se corta y sólo para verte. verte.
Papá tiene razón. Pero ya está enterrado. Y su botella vacía. Vamos a acostarnos porque no conseguí sol. Sólo bananas que pelaremos en la cama. Dejá esa puerta y alcanzame el tacho de basura. Ahí, cerca de la cama. Tengo hambre.
¿Te ayudo?
Sí, salí de ahí, por favor. Me hacés sombra.

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