sábado, 8 de agosto de 2020

Paisaje


Anida vientos.
Molino de ceguera.
Descocer sinos de fuego.
Verde en soledades.

Aspas. Carecer de grano.
Mil siluetas de techos
y espigas hundiendo lo blando,
caucásico, derrumbe desaforado.
Descorrer mareas en manos.
Tibias.
En sillas de cartón
prensado de estío y piedras, 
arrecifan remolinos que mecen
asombros de cabellos idos. 

Aspas que se inviernan
a la lágrima del grano.
Acuestan, perdidas, cocidas,
dormidas en vientos.
Sino anidado.

3 comentarios:

  1. Y, a veces, hasta dos textos en un solo día. Realmente, comienzo a padecer envidia...

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  2. Discrepo. Envidia puede dar la calidad, no la cantidad. Así que primero empiece por aplaudir y luego vamos viendo...
    ¡Abrazo!

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  3. Eso es muy cierto, querido amigo, aplaudo pues sus proezas y me reafirmo en la envidia.

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