domingo, 23 de agosto de 2020

Ya no retrato


Él.
Sin nombre declarado.
Con un tiempo desordenado de miradas.
Dentro de un fragor blanco y cielo.
Sumergido siempre
en jirones de elegías inconclusas.
Y otorgado
al frágil fanal luciérnago del llanto más opaco.
Manifiesta.
Haber calado el universo.
Mordiendo la negra médula de Dios.
Y haber bordado con rojos hilos de su ADN.
Las iniciales falsas de su nombre cierto
en donde termina el infinito yo eterno.


4 comentarios:

  1. Intentando psicoanalizarte (sin permiso alguno, ya ves), me pregunto qué significarán para ti "los nombres" y "las alas". Dos conceptos que se repiten en tus textos. Por cierto, tienes sueños recurrentes?

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  2. Audacia. Necesaria para dejar de retratar.
    Activó el aplausómetro.

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  3. Anónimo de las 14:52:00 GMT-3
    Si Ud. psicoanaliza, bueno... ¡pues deme las respuestas, entonces!, ¿para qué pago, si no?
    Hablando en serio, la respuesta es "no lo sé". Seguro que en las repeticiones y recurrencias hay marcas personales, pero sería todo un gran trabajo ponerse a buscar esas equivalencias y esos símbolos, y la verdad es que eso le sacaría la magia, la diversión y la libertad de la escritura.
    Sueños recurrentes, no, para nada. (No hay caso, soy un paciente pésimo, aburrido, anodino y con poco por decir... :))

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  4. Anónimo de las 20:30:00 GMT-3
    Bueno, ¡muchas gracias!... Que un texto contenga o motive audacia supongo que está bueno.
    (Igual, revise la sensibilidad de ese aplausómetro, por las dudas.)

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